lunes, 14 de diciembre de 2015

¿CÓMO LO LLAMO, MIEDO?

Hay chicas que tardan en hablarles a los chicos para hacerse las interesantes, para hacerle creer a esa persona que no ha estado pensando en ella todo ese tiempo. Me gustaría ser de esas chicas. Yo hago lo mismo, espero. Pero no por esa razón. Básicamente para mi es como una carga tener que hablar con chicos. Paso un mal rato porque sencillamente me cansa, me aburre. Tengo que parecer simpática, pero no demasiado. Lista, pero sin pasarme. Ingeniosa, pero hacerle creer que es por naturaleza, cuando en verdad has necesitado tiempo para pensar esa respuesta inteligente y original que te debe de hacer parecer una chica diferente. Eso es lo peor de todo. Al final lo único que quieres ser es diferente y creo que es ahí cuando la cago. Quiero ser tan simpática, tan lista, tan ingeniosa y a la vez tan natural que me convierto en una más. Una más que quiere ser un chica perfecta pero imperfecta a la vez. La verdad que con los tios no soy simpática, me cabrean y aburren. Soy lista sí, no creo que sea tonta, pero no hace falta demostrarlo. Y ingeniosa, bueno, no soy ingeniosa, ese no es mi fuerte y parecer que lo soy solo para crear la imagen de una chica diferente que sabe llevar las riendas, me va pareciendo una estupidez a medida que lo voy pensando. Ahora voy entendiendo el porqué de ese "miedo" que se convierte en una gran molestia cuando un chico me habla por mensajes. No tengo ganas de fingir, y pienso que para hablar con un chico y que las cosas vayan bien hay que hacer todo eso de mostrar lo que no soy solo para agradar. Me propongo a mi misma a partir de ahora, ser como yo soy. Ser natural pero sin querer serlo. Ser yo misma, solo eso.

domingo, 22 de noviembre de 2015

¿CUÁL ES LA TUYA?

La entrada que acabo de publicar la escribí hace unos meses. Sigo manteniendo mi posición y me he dado cuenta de que no quiero ser de esas personas. No quiero arrepentirme de lo que no he hice. No quiero seguir un camino marcado por los demás y no por la vida.
Tenemos asignado nuestro futuro desde que nacemos. Guardería, colegio, instituto, carrera, máster, trabajo, jubilación, y lo último ya lo sabemos todos. Hay cosas que obviamente no puedo evitar, pero mi vida no puede ser esa línea recta. Necesito curvas y no esas de momentos de felicidad, sino las subidas y bajadas de adrenalina. De vivir sin reglas. Porque no hay normas aquí. Hay miles de millones de opciones de vivir este sueño que es la vida. Porque sí, es un sueño. Puedes hacer lo que quieras aunque hayan represarias, pero lo puedes hacer igualmente. Entonces hazlo.
Llega un momento en el que tienes la capacidad para elegir. ¿Qué quieres? ¿De qué no te quieres arrepentir? ¿Quieres esa vida, esa vida entre un millón? Es obligatorio hacer lo que quieras. Es obligatorio ser feliz. Pero no feliz básicamente, si no ser realmente feliz con tus elecciones. Puede que no sean correctas moralmente,  pero si tú las eliges siempre estarán bien. Aunque solo sea en un pensamiento paralelo en la sociedad que te rodea ahora. Pero estará en tu pensamiento y ese es el único que importa en tu vida.
Además, aunque no nos demos cuenta hay mucha gente como nosotros que no quiere una vida monótona. La gente quiere cambiar y no sumergirse en esa línea. Descubre a la gente de tu alrededor, descubre mundo, comparte vidas, comparte pensamientos. Enriquécete de los demás. Enriquécete de sus vidas, son igual de valiosas y creativas como la tuya.
Y date cuenta de verdad, que esta vida que solemos planear desde pequeños, la vida del trabajador, está bien, pero solo si es lo que quieres. Es la vida más utilizada, pero no es la única. Decide tú destino, tu propia línea. Si tu cambias, mucha gente lo hará contigo y harás ver a los demás que hay más vida que esa. Abre la mente de los demás con tus acciones y cambia su manera de ver el mundo.

ENTRE BASTIDORES.

Si no tuviesemos sueños creo que habría más de una persona que se quitaría la vida. Por ahora yo tengo muchos sueños. Pienso que algún día los cumpliré, pienso en mi futuro, un futuro estructurado, pero no lo que de verdad quiero, eso que deseo son mis sueños.
Desde pequeños tenemos sueños que poco a poco se van desmoronando porque vas madurando y cambiando tu forma de pensar. Son los típicos de un niño pequeño y que descartarlos no está mal, no significa que sean imposibles, si no que no se acercan a lo que ahora quieres ser.
Después llegan los sueños de adolescente en los que como decía, piensas que algún día cambiarán ese futuro calculado y estudiado para poder subsistir. Pero creo, que llega una edad en la que esos sueños no se cumplen, o verdaderamente no los has hecho cumplir, y solo te satisfaces diciendo que lo único que quieres para lo que te queda de vida es, ser feliz.